Un hombre observa las ruinas de las Torres Gemelas (Fuente: Doug Kanter-EPA) |
Han pasado 19 años del atentado hacia las Torres
Gemelas, parte del World Trade Center de
la ciudad de Nueva York. Su caída siempre será recordada como símbolo de los
constantes conflictos entre naciones a nivel mundial.
Desolación, dolor, frustración y resignación. Son algunas de
las emociones que debieron sentir las personas que quedaron atrapadas en las
Torres Gemelas de Nueva York víctimas del atentado terrorista propiciado por el
grupo terrorista Al Qaeda,
el 11 de setiembre del 2001.
Aquella mañana en Nueva York todo el mundo fue testigo de un
atentado que le quitó la vida a 2606 personas y le arrebató a Estados Unidos
edificios grandes, tan grandes como su poder en el mundo.
Y es que es algo no se vio venir. Un martes cualquiera en
“La Gran Manzana”, lugar agitado, mucha gente va y viene, hombres de negocios,
comercios, edificios por doquier, personas de todas partes del mundo. Tú
-cualquiera- entras al Centro Mundial de Comercio (World Trade Center), entras
a esos dos edificios vecinos a los que llaman Torres Gemelas. Las Torres
Gemelas cuentan con 110 pisos cada una, los otros edificios del World Trade
Center son más pequeños. ¿Qué querrás hacer ahí? De repente tienes hambre y vas
rumbo al restaurante Windows on the World ubicado en el piso
107 (Torre Norte), o –quizás- solo quieres visitar a un consultor de negocios o
ir de compras a una tienda, tal vez eres turista y solo vas a ver como se
‘mueve’ el edificio más alto de Nueva York hasta la fecha (2001). Todo esto es
completamente normal.
Pero y entonces todos escuchan un ruido fuerte. Un avión ha
golpeado a la Torre Norte entre los pisos 93 y 99, hay fuego, son las 8:46 de
la mañana. La gente que está dentro intenta salir –construir un edificio grande
tiene sus desventajas- los que pueden son los que más cerca están de la
superficie, en los pisos más bajos.
Pasaron diecisiete minutos del impacto a la Torre Norte y
los principales medios de comunicación ya están cubriendo el hecho. Nadie ha
captado el choque entre el avión y la Torre Norte -no existen celulares con
tecnología tan a la mano- pero, en ese preciso momento pueden registrar para la
historia un ataque terrorista sin precedentes: otro avión acaba de impactar el
edificio gemelo, la Torre Sur.
Sin duda es un atentado, no puede ser casualidad que dos
aviones impacten los dos edificios más grandes de Nueva York. La policía
neoyorquina y los bomberos hacen su trabajo, controlar la situación, evitar que
la gente se acerque a la zona y salvar a las personas atrapadas. Las personas
que se encuentran por encima de los pisos impactados por los aviones ven sus
posibilidades reducidas a subir a la azotea, no pueden bajar.
El fuego debilita la estructura que sostiene a los
edificios. El derrumbe es inminente, aun así, nadie puede creer lo que va a ver
a continuación. Un minuto antes de las 10 de la mañana, la Torre Sur se
desploma, las personas alrededor del edificio huyen, los alrededores quedan
llenos de una humareda de polvo, en el piso hay escombros.
Si se cayó la Torre Sur, la Torre Norte no iba a ser la
excepción. A las 10:28 de la mañana se derrumbó la segunda torre gemela,
repitiéndose el mismo escenario anterior.
Poco que hacer queda para salvar vidas, todos los que
quedaron atrapados en los edificios no sobrevivieron. Los heridos son
trasladados al hospital. Las autoridades, los policías y los bomberos igual
deben vigilar la zona. La reconstrucción de lo derrumbado, ganar en fuerza ante
la adversidad, es un proceso natural que se da con el tiempo. Siempre es
complicado afrontar una pérdida repentina, en el momento solo existió
desolación.
Desde el Puente de Brooklyn: Las Torres Gemelas incendiándose, minutos antes de su caída. (Fuente: SRT-Cordon Press) |
Por Diego Alzamora (diego.alzamora@unmsm.edu.pe)
Publicado originalmente en Chiqaq News el 14/10/2020
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